Escondidos en la amplia oferta formativa actual de España se encuentran unos estudios que ya
tienen una antigüedad superior a los cien años. Pese a ello y a su utilidad social, estos estudios
no solo no se promocionan sino que incluso son vigilados por las autoridades competentes
para suprimirlos o reducirlos si en algún momento su matrícula desciende. Nos estamos
refiriendo a los estudios nocturnos que se imparten actualmente en un grupo reducido de IES
de toda España.
El tipo de alumnado que acude a estos centros es muy diverso. No son solo trabajadores,
aunque en sus orígenes, ligados a los inicios de la revolución industrial, se pensara
fundamentalmente en ellos y aunque sigan siendo un porcentaje amplio de los que ocupan sus
aulas. También son, cada vez más, alumnos que no pudieron acabar sus estudios obligatorios
(ESO) o postobligatorios (Bachillerato) y que aquí encuentran la posibilidad de terminar uno de
ellos o continuar y completar ambos con el fin de proseguir hacia estudios superiores de
formación profesional o universitarios. Igualmente acuden a sus aulas aquellos que acuciados
por situaciones familiares prefieren dejar libres las horas del día para conseguir un futuro
trabajo mientras continúan su formación en este turno. No son pocos los que acuden desde
instituciones militares, policiales u otros servicios a la comunidad para poder ascender o
incluso mantener esos puestos logrados interinamente. Y últimamente también acuden a sus
aulas parados, amas de casa, empleados con bajas médicas que les permiten esa actividad no
laboral o jubilados de setenta u ochenta años cada uno con objetivos tan diferentes y diversos
como puedan ser ampliar sus conocimientos, encontrar un futuro laboral mejor cualificado o,
simplemente, adquirir una titulación o formación de la que no disponen y consideran básica.
Con el paso del tiempo y el cambio de las leyes y de las demandas formativas del mundo
laboral, los estudios impartidos en estos centros también han ido evolucionando. Lo que en
sus orígenes fue adquirir la titulación de bachiller se ha ido ampliando a la consecución de un
título inferior como el de graduado en secundaria, mínimo de los títulos actuales en España
para poder acceder a una formación profesional de grado medio o bachillerato. Pero también
se ha ampliado su oferta a las distintas pasarelas para llegar a estudios superiores sin
necesidad de cursar la ESO o el Bachillerato como la preparación para las pruebas de acceso a
ciclos de grado superior o a la Universidad, ya que en los dos casos el único requisito requerido
es el de edad (veinte años para el primero o veinticinco y cuarenta y cinco para el segundo)
La utilidad social de estos estudios nocturnos y las características propias de este alumnado:
absentismo (por motivos de horario laboral, de cambio de turnos, de nuevos trabajos, de
dificultades para superar todas las materias, de abandonos temporales y de vuelta a los
estudios cuando cambia su situación personal), edad (el grueso está comprendido entre los 18
y los 30 años pero podemos encontrarlos en número considerable de los 30 a los 40, y más
excepcionalmente desde 16-18 y de 40-80) necesidad de ampliar su titulación, etc. hacen que
como se recomienda desde todos los organismos internacionales y la UE se mantengan, se
aumenten y se promocionen estos centros en este turno presencial que nunca puede ni debe
confundirse, porque es otro tipo de alumnado, con el de la educación a distancia.
Félix Hinojal Sánchez